Salarios simbólicos y dolarización de facto El ingreso mínimo legal permanece rezagado y el gobierno lo ha sustituido con bonos: en mayo de 2024, Maduro anunció que los trabajadores públicos recibirían 130 dólares mensuales en bonos (90 dólares “contra la guerra económica” y 40 de alimentación), mientras el salario mínimo seguía anclado en 130 bolívares, equivalentes entonces a unos 3,5 dólares. La canasta básica para un hogar supera con creces esa cifra. Ante la pérdida de poder de compra del bolívar, se extendió una dolarización de facto: gran parte de las transacciones urbanas se realiza en dólares, abriendo una brecha entre quienes cobran en divisas y quienes dependen de bolívares, especialmente en el sector público y entre los pensionados.