
https://creators.spotify.com/pod/profile/la-tribu-estoica/episodes/LTE-10---El-manual-del-dictador--de-Bruce-Bueno-de-Mesquita-e1ekvsg La primera idea que ha de quedar clara es que "el interés general" o "el bien común" son abstracciones confusas. La política tiene que ver con individuos concretos que están motivados por intereses propios, no por el de los demás. Buscar el bienestar social puede, incluso, resultarles contraproducente. La finalidad de todo dirigente, ya sea en el ámbito público o en el empresarial, es alcanzar el poder y una vez conseguido, mantenerse en él y gestionar los ingresos. El dirigente político siempre va a intentar subir los impuestos ya que son indispensables para recompensarse a sí mismo y a los suyos y, además, ayudan a crear una masa pobre dependiente de las ayudas gubernamentales (redes clientelares). Otra fuente de ingresos para los dirigentes son las ayudas del exterior para fomentar el desarrollo, las cuales, raras veces alcanzan su objetivo, sino que sirven para enriquecer a los gobernantes puesto que, si un gobierno recibe ayuda para solucionar un problema, el hecho de solucionarlo implica el fin de las ayudas. Cuanto más reducido sea el grupo de personas de las que el dirigente depende para conservar su puesto, más fácil será para el dirigente tenerlos contentos, por lo cual, la mejor baza para la población que busca su libertad será intentar aumentar ese número de personas. Otros factores para alcanzar la libertad son la libertad de expresión y reunión, pero sobre todo la autonomía financiera.