Una nación se engrandece cuando las libertades democráticas se ejercen con dignidad, cuando las garantías en protección de derechos se convierten en un escudo frente a los abusos, cuando la seguridad y la justicia se entrelazan para proteger la vida y la paz social, y cuando el orden y la estabilidad, sostenidos por el estado de derecho restaurado, devuelven confianza y esperanza al pueblo