La fe en un futuro mejor es la confianza en que una fuerza externa, ya sea Dios, el Estado, resolverá nuestros problemas. La fe genera pasividad al prometer el progreso como un don otorgado por fuerzas superiores a cambio la fe exige una creencia firme en las fuerzas externas y la súplica a ellas, lo que genera creencias dogmáticas y comportamientos irracionales. El optimismo práctico fomenta la iniciativa y la inteligencia, asegurándonos de que somos capaces de mejorar la vida con nuestro propio esfuerzo. Las oportunidades y posibilidades están por todas partes, invitándonos a aprovecharlas y a desarrollarlas. Alcanzar nuestras metas requiere que creamos en nosotros mismos, trabajemos con diligencia y estemos dispuestos a revisar nuestras estrategias. OPTIMISMO PRÁCTICO, principio extropiano.